¿Cómo se resuelve un misterio así? Un hombre sin enemigos, afable, generoso y querido por sus vecinos aparece muerto en la habitación de la pensión de un barrio de Londres en la que vive. La puerta está cerrada por dentro al igual que todas las ventanas. ¿Suicidio o asesinato? Por su postura parece que aún permanece dormido, con las manos bajo su cabeza, pero un preciso corte en el cuello no deja lugar a dudas: Arthur ha sido asesinado.

A partir de aquí comienzan las especulaciones y el número de personas que quieren intentar resolver el caso: la dueña de la pensión y un antiguo detective jubilado que descubren el cuerpo del fallecido, el policía que lleva el caso (que mantiene una insana rivalidad con su antecesor), poetas, obreros, novias, amantes, criadas y esposas. El elenco de personajes es amplio pero no sobra ninguno; todos forman un círculo perfecto, son piezas del mismo puzle que el lector tiene que encajar poco a poco. Aunque lo advierto desde ya: el desenlace es una auténtica sorpresa.

Esta novela es algo más que una historia de misterio. Escrita a finales del siglo XIX podemos considerarla muy actual, cuenta con mucha ironía y, con su humor, logra poner en evidencia a casi todos los personajes; se muestran los grandes defectos de los seres humanos: la excesiva confianza, la falta de carácter, la pusilanimidad, la soberbia, el chantaje y la egolatría.

Y ya que estamos no quiero dejar pasar la oportunidad de hablar de la edición: esta ha sido la primera novela que he leído de la editorial Ardicia y ya han caído otras cuatro… Es absolutamente exquisita: pliegos cosidos, papel de alto gramaje, portadas elaboradas por ilustradores reconocidos y guardas cuyo color va a juego con la portada de cada libro. Cuentan además con un colofón que nos da información de diferentes novelas y personajes; me ha parecido una idea fabulosa.

En definitiva, una novela muy recomendable en una edición estupenda.

¿Quién se anima a leerlo?

El gran misterio de Bow 

Israel Zangwill

208 páginas

Editorial Ardicia