Lo confieso: este es uno de los libros que compré por su portada. No suelo hacerlo, de hecho es bastante insólito que ese sea el único motivo para que me haga con un ejemplar pero es que este caso me cautivó. Vi elegancia, nostalgia, relaciones familiares y viajes. Y no iba nada desencaminada. Es la primera novela de Carmen Romero Dorr, pero no su primera incursión en este mundo: editora de uno de los grandes grupos literarios de este país, conocedora de los detalles que hacen que una obra se convierta en una apuesta segura, ha sabido manejar los elementos para construir una historia sin fisuras en la que el gran protagonista es el amor en todas sus vertientes. No es una novela histórica, aunque parte de ella está ambientada en la Segunda Guerra Mundial y en el Madrid de la Posguerra, tampoco es una historia romántica, aunque sí hay amor. Es todo eso y mucho más, y en menos de 400 páginas.

Como siempre, un pequeño resumen del argumento: la abuela de Alicia, Paulina Hoffmann, acaba de morir y ésta recibe en herencia un piso en Berlín, piso del que nadie sabía nada y que supone un auténtico misterio. Así que decide darse un respiro y viajar a la capital alemana con el fin de hallar respuestas. Se encuentra en un momento un poco complicado de su vida: acaba de renunciar a ser socia del bufete de abogados en el que trabaja, se ha divorciado y la relación con su ex marido no es precisamente cordial. Lo que más le duele del viaje que va a emprender es tener que dejar de ver a su hijo por unos días. Al mismo tiempo vamos a ir conociendo la historia de Paulina: descubre muy pequeña los horrores de la Segunda Guerra Mundial, lo que significa la separación, la pérdida y el dolor. Al finalizar la Guerra, y con la llegada de los rusos a Berlín, la madre de Paulina decide que es el momento de salir de allí, y ambas huyen a Madrid, donde vive una tía de nuestra protagonista.

La llegada a España llena de luz los días de Paulina, pero pronto todo se complica: parece que las despedidas son constantes en su vida y su adolescencia termina pronto, marcando un antes y un después en la ansiada y efímera tranquilidad que había conseguido.

Esta es una novela de personajes femeninos de toda clase, pero protagonistas: mujeres fuertes, supervivientes pese a todo y a todos, y mujeres que se dejan llevar por la sociedad, la vida y la muerte.

Alicia y Paulina, nieta y abuela, son la esencia de esta novela que se mueve entre dos épocas y entre tres ciudades: Berlín, Madrid y Málaga. La autora ha sabido plasmar increíblemente bien la relación que tenían ambas mujeres, la complicidad y el amor que las unía, los pensamientos de Alicia sobre su abuela destilan cariño y nostalgia y me ha encantado poder leer algo así.

Prosa delicada y precisa, sin florituras innecesarias, muy cuidada y elegante, con un ritmo sereno pero fluido, que invita a no dejar de leer. Esta es una novela sincera, intensa, de tema difícil, pero escrita a base de caricias y meriendas en casa de la abuela, de historias de entonces y decisiones de ahora, de tiempos pasados que no se olvidan y secretos que hay que descubrir.

Sí, la recomiendo, sin duda. Para mí fue un soplo de aire fresco, leída en el momento preciso. Pero estoy convencida de que cualquier momento es bueno para adentrarse en ella.

El último regalo de Paulina Hoffmann 

Carmen Romero Dorr

348 páginas

Editorial Planeta