Jamás pensé que las redes sociales fueran a darme alegrías; era de la opinión de que tanta foto falsamente conseguida no llevaba a ninguna parte, pero me equivocaba. Y tengo que darles las gracias a mis alumnos, ellos me enseñaron que lo de los seguidores no era algo propio de adolescentes y que había todo un mundo por conocer. Así, descubriendo que existe una comunidad dedicada a los libros encontré la página Leer es vivir dos veces. Leo todo lo que publica, apunto cada libro que recomienda, y nunca falla. La novela de la que os hablo hoy la leí gracias a Gabriel, el profesor universitario que se encarga de darle vida al blog: pasad a echarle un vistazo, os aseguro que os vais a quedar.

Nosotros en la noche es la novela más deliciosa que he leído en mi vida, y la prosa de Haruf llevaba esperándome más tiempo del que soy capaz de imaginar. Tengo otras dos novelas suyas en la recámara que voy a intentar dosificar, porque escribe para que sus historias sean paladeadas, y no devoradas. Me cuesta enfrentarme a las reseñas de las obras que me dejan huella: me imponen, me abruman, las palabras se atascan y sólo soy capaz de suspirar mientras las rememoro. Pero lo voy a intentar.

Addie y Louis son vecinos desde hace años, viven en la pequeña localidad de Holt (donde el autor sitúa sus historias, un pueblo inventado que se ubica en el medio oeste) y se encuentran en el atardecer de sus vidas. Cada día es similar al anterior y probablemente al siguiente, hasta que una noche Addie llama a la puerta de la casa de Louis, y llega con una propuesta: ambos están solos, ambos son viudos, ambos pasan las noches en vela porque anhelan un cuerpo al lado y alguien con quien hablar. Así que la solución puede ser que pasen las noches juntos, únicamente para dormir. Este es el argumento, esto es lo que sucede y su autor lo narra con tanta maestría que casi duele terminar el libro. De veras, esta novela se agarra a las entrañas, consigue provocar la sonrisa, la ternura, el suspiro, el enfado y la lágrima. Todo eso en poco más de cien páginas que Haruf tuvo que esmerarse en escribir cuando le habían diagnosticado su final. Pero antes de irse dejó esta pequeña joya.

Quizá sorprenda que el punto fuerte de la narración sean los diálogos, a pesar de estar disfrazados: las intervenciones de los personajes aparecen sin guiones, como si las páginas evitaran los elementos que puedan distraer al lector de la historia que está viviendo, porque esto no se observa desde lejos, se vive. Dos personas que se conocen desde siempre aunque en realidad no saben nada el uno del otro, la verdad con la que se miran, la sinceridad con la que se hablan, la naturalidad con la que actúan. Qué placer debe sentirse al haber llegado a ese momento de la vida en que ya no es necesario demostrarle nada al mundo, en que dar explicaciones es cosa de otros, en que lo más importante es ser, tal cual, sin imposturas ni disimulos.

Espero que no haga falta que insista mucho más para convenceros de que leáis esta delicia y también espero que la disfrutéis tanto como lo he hecho yo.

Una diamante hecho palabras, eso es Nosotros en la noche.

Nosotros en la noche 

Kent Haruf

144 páginas

Literatura Random House